Por un crucifijo

19.07.2013 15:59

El Padre Smet veinte años más tarde topose con uno de los indios por él convertidos.

        - ¿Te has conservado fiel?

        - Tú me dejaste al marchar un crucifijo de cobre. Y, cuando me sentía tentado de beber, miraba el crucifijo y le decía: “Has sufrido todo esto por mi amor, ¿y no sufriré yo algo por ti?” Así he permanecido veinte años sin embriagarme.

        - Pero ¿tanto tiempo te has conservado sin cometer un pecado mortal, no teniendo el auxilio de los sacramentos?

        - ¿Un pecado mortal? Pero ¿es que los blancos a quienes tú muestras el crucifijo cometen después pecados mortales?

 

Mauricio Rufino, Vademécum de ejemplos predicables,

 Barcelona: Herder, 1962, n.º 1293 (extracto)