Imagina que estás caminando por la calle y ves pasar a tanta gente, tantos rostros, mujeres, niños y hombres, jóvenes y viejos. Imagínate si pudiéramos ver dentro de su corazón y alma para ver lo que está pasando en su interior. Todos tenemos nuestros problemas, temores y secretos. Dentro de algunos de nosotros hay una bomba de tiempo, un secreto del que a veces NUNCA hemos hablado; un veneno corroyendo la esencia de nuestras almas. Ese veneno se llama abuso sexual y afecta a hombres, mujeres y niños.
El abuso sexual es un comportamiento no deseado de una persona a otra. Cuando esa fuerza es inmediata, de corta duración o poco frecuente se llama asalto sexual.
Hay diferentes tipos de abuso sexual:
- Violación: Es una relación sexual forzada, sin consentimiento. Esto es un crimen violento y abusivo.
- Incesto: Cualquier tipo de comportamiento sexual entre familiares.
- Acoso Sexual: Contacto o caricias no deseadas. Además, decir palabras o frases sexualmente sugestivas a un niño.
- Exposición / Voyeurismo: Muestra pública de la desnudez y/o exposición de un niño a la pornografía.
- Cualquier uso de la confianza para obligar a la actividad sexual no deseada, sin necesidad de fuerza física.
Los efectos del abuso sexual son: culpabilidad, flashbacks, pesadillas, insomnio, tendencias suicidas, depresión, ansiedad, lesiones auto infligidas, adicciones, disfunciones sexuales (ya sea sexualmente introvertido o promiscuo), miedo asociado con el abuso, y también puede haber olores o lugares que desencadenen un recuerdo de los abusos.
¿Cómo avanzas emocional y espiritualmente?
Si bien hay muchos temas involucrados en el abuso, nosotros nos centraremos en estos pasos para ayudar a la víctima a avanzar, sanar y crecer como un hijo/hija una de Dios:
- En primer lugar está saber y creer que no es tu culpa. Eres amado por muchos, y muy especialmente por Dios. El te ama, y El también sufrió contigo por esto. Tú eres Su amado. El se deleita en ti y siempre te tomará como eres. (Isaias 43:4)
- Ora. ¡El Señor está contigo y te restaurará! El, que devolvió la vista a los ciegos, el habla a los mudos, la libertad a los afligidos, puede ayudar a sanarte, pero debes confiar en El.
- Hablar con una persona adulta de confianza. Tú puedes intentar hablar con el líder de tu grupo de jóvenes, maestro, sacerdote, terapeuta, consejero o un pariente de confianza. A veces la gente no te va a creer. Si esto ocurriera, no desfallezcas. Hay ayuda. Si quieres nada más envíanos un correo electrónico a Corazón Puro. Trata de hablar con alguien.
- El perdón es la clave. Ve a la confesión y dile al sacerdote lo sucedido y que sientes que debes confesar. Somos liberados de las cadenas de este acto horrendo cuando te perdonas a ti mismo y a la persona que te hizo daño. Esa persona puede no merecer tu perdón, pero si tú no la perdonas, será como un veneno que te corroa poco a poco hasta que te consuma. Toma como ejemplo a Cristo, que perdonó a quienes lo crucificaron en la cruz diciendo: “Perdónalos Padre, porque no saben lo que hacen.” (Lucas 23:34)
- Rodéate de gente amorosa y positiva.
- Ve a la Santa Misa con tanta frecuencia como puedas y si es posible, recibe a Jesús en la Sagrada Comunión. Encuentra fuerza en la Eucaristía. La adoración del Santísimo Sacramento es una poderosa manera de sanacion, porque habrá días que son más difíciles que otros. Él te sanara, te restaurara y te completará.
La victoria está ganada y Él te ha redimido con su sangre por lo tanto debes saber que eres amado, perdonado, limpiado y restaurado en una nueva persona. Tu pasado no tiene control sobre lo que el Señor puede hacer en tu vida hoy.
Dios lo promete en Su Palabra en Apocalipsis 21:5-8:
“El que estaba sentado en el trono dijo: “He aquí que hago nuevas todas las cosas.” Luego dijo: “Escribe estas palabras, porque son fieles y verdaderas.” Él me dijo: “Ya está hecho. Yo soy el Alfa y la Omega, el principio y el fin. Al que tenga sed yo le daré a beber del manantial del agua de la vida sin que le cueste nada. El vencedor recibirá estos dones como herencia, y yo seré su Dios, y él será mi hijo. Pero en cuanto a los cobardes, los incrédulos, los odiosos, los asesinos, los que cometen inmoralidades sexuales, los que practican la brujería, los que adoran ídolos, y todos los mentirosos, su suerte está en el grupo de la quema de fuego y azufre, que es la muerte segunda.”
Jesus Misericordioso, te ruego que vengas a mi corazon y sanes las heridas causadas por el abuso sexual. Lava con Tu Sangre Preciosa mi memoria y purifica mi cuerpo de toda mancha. Te pido me concedas la gracia de perdonar a aquel/aquella hombre/mujer que me hizo daño. Ven, Señor: renuevame, confortame y llename… Amen.
Santa Bakhita y Santa Dympna, ¡rueguen por nosotros!
Via: Corazón Puro